Lo que resta

Bueno, para terminar con el fin de semana, les contare que fuimos al parque Jean Drapeau, donde esta la Biosfera, que es muy bonita y muy grande y el Museo del Agua, que explica a detalle todo lo referente a dicho liquido, y su manejo en Canada. Despues de eso, nos fuimos a comer y a descansar un rato, no pensabamos salir, pero Aracely nos invito a una fiesta de un amigo japones de su esposo, fuimos con ellos a la fiesta en un bar, luego nos fuimos a conocer con el resto de los mexicanos (bueno, ellos ya lo conocian) uno de los bares gay mas populares de la ciudad, ya que habria un concurso de Drag Queen, para los que no saben, de trasvestis. Algun@s de l@s chic@s se veian realmente muy bien, otros se veian ligeramente grotescos, por ser altos y musculosos, en vestidos cortos y con grandes escotes. Sin embargo, en general fue muy divertido el desfile, aunque no nos quedamos a ver todo el concurso. La persona que gano llego despues que nosotros nos fuimos, aunque nuestros amigos dicen que se veia muy bien.

Por ultimo, el domingo nos fuimos a recorrer el Museo de Bellas Artes, es un museo enorme, precioso, con grandes exposiciones de pintores y escultores muy reconocidos entre ellos El Greco, Picasso, Monet y no recuerdo cuantos mas. Son aproximadamente 8 pisos (ya que son dos pabellones y un subterraneo) de cultura internacional, aunque a decir verdad, lo que mas nos impresiono fue un gran cuadrado de color negro, de 4 m por 3 m que alguien ingeniosamente vendio al museo. El recorrido fue largo y terminamos agotados, asi que regresamos a descansar tranquilamente y a estudiar las lecciones.

El Grito
Como siempre donde se reunen varios mexicanos termina armandose la pachanga, asi que ayer nos fuimos a festejar el dia del Grito a un lugar que tiene el sugerente nombre de El Saint Sulpice. El lugar es enorme, y en el patio habia todo una kermesse mexicana, con mariachis, gorditas, cerveza y todo lo indispensable para una fiesta mexicana, y claro esta, el Sr. Consul que fue quien dio el Grito. Fue divertido explicar las tradiciones nacionales a nuestros amigos orientales que se apuntaron para la fiesta, cantamos, bailamos con el mariachi, tomamos Sol, y por un momento me senti como en el metro de la ciudad de Mexico, porque de pronto empezo a lloviznar, los mariachis callaron y para cuando quise estaba en camino entre los mariachis y una multitud que nos llevo al 4o piso del lugar, de donde me fue imposible salir en un buen rato, para buscar a Hector y a nuestros amigos.